La sobrecarga física o emocional, o una combinación de las dos, pueden activar este proceso. No hay ningún síntoma preliminar para saber que estas rebasando el nivel de tolerancia al entrenamiento. Simplemente te fundes. Te aumentan las pulsaciones en reposo, pierdes peso, y tienes menos apetito, no duermes bien, no te apetece entrenar y encima entrenas mal.
Te lesionas con facilidad. Un tironcillo, una contractura… Estas, pueden ser, entre otras, señales de alarma. Estoy rebasando ese nivel de tolerancia a entrenar.
Diagnosticar el sobre entrenamiento
Se ha tratado de diagnosticar el sobre entrenamiento de forma objetiva, usando mediciones fisiológicas variadas. Pero es difícil saber si los parámetros obtenidos responden a el entrenamiento diario o a un anuncio del síndrome de sobre entrenamiento.
Los cambios fisiológicos que se han considerado como medios potenciales para diagnosticar este síndrome son los niveles de enzimas en sangre como la CPK (creatinfosfocinasa), LDH (lactatodeshidrogenasa) y GOT (transaminasa glutamicooxsalacetica) son importantes en la producción de energía muscular. Estas enzimas están confinadas, normalmente, en el interior de las células, por lo que su presencia en grandes cantidades en sangre indica que las membranas de las células musculares han sufrido algún daño. Es decir, en caso de sobre entrenamiento estarán elevadas.
¿Qué hacer en caso de sobre entrenamiento?
Entonces ¿Qué hago? Sobre todo descansar y mantener una buena hidratación. Hay que deshacerse de esas enzimas y recuperarse. Para que esto no te vuelva a suceder, es muy importante que cuentes con una planificación de entrenamientos, que respetes los descansos, que te alimentes acorde a tu actividad y que te hidrates bien.
Si retomas la actividad después de un periodo largo de descanso, comienza paulatinamente, siguiendo el plan de entrenamiento pautado. Tenemos que ir adaptándonos poco a poco al esfuerzo en volumen y en intensidad. Ánimo!! Llegaras a tu objetivo 😉
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